Con frecuencia me encuentro con gente entusiasta y ansiosa por aprender masaje tailandés sin conocer mucho acerca de este ancestral arte de sanación. No es mi propósito objetarlo, sino más bien aportar unos consejos sencillos y útiles para el neófito, de manera que pueda explotar al máximo la experiencia del aprendizaje de esta técnica.
1-Ten en cuenta las particularidades del masaje tailandés
Es importante que sepas con qué te vas a encontrar en una clase de masaje tailandés. Por ejemplo, el masaje tradicional se realiza sobre colchoneta y con ropa, o sea que no se utilizan aceites como en otros estilos más populares. Sin embargo, eso no significa que no puedas hacer un masaje thai y que la persona alcance estados de relajación tan o más profundos que con técnicas ortodoxas. Otra cosa que debes tener en cuenta es que no solo tu cliente debe estar con ropa cómoda para poder recibir los estiramientos asistidos propios de la técnica, tú también debes estar con ropa holgada para poder trabajar con soltura. En el masaje tailandés utilizas todo tu cuerpo: manos, dedos, puños, codos, antebrazos, rodillas y pies. Por eso, lo ideal son los chandals o los pantalones thai.
2-Olvida todo lo que aprendiste antes
Las personas que han decidido adentrarse en el mundo del masaje tailandés me preguntan si no resulta negativo el hecho de comenzar sin tener experiencia en otros estilos de masaje. No hay una forma exacta de responder a esto, a veces el tener experiencia ayuda a no tener miedo a tocar a una persona, pero en ocasiones la experiencia redunda en una clara desventaja por esta tendencia repetitiva a transpolar lo que se aprendió en una técnica particular, a otra completamente diferente. Y realmente el masaje tailandés resulta diferente, especialmente si la comparamos a las técnicas occidentales como el quiromasaje o el masaje deportivo. Con esto no quiero decir que sean completamente incompatibles, más bien que la mejor forma de aprender es teniendo apertura mental y estar dispuesto a adquirir la técnica pura, sin juicios ni evaluaciones. Y por eso el practicante novato tiene a su favor justamente su inexperiencia, si no conoce nada, no necesita «olvidarse» de nada, y por lo tanto puede concentrarse y aprender mejor.
3-Ten paciencia contigo mismo
El masaje tailandés cuenta con una gran riqueza técnica, lo cual muchas veces lo hace parecer complejo, especialmente a los ojos del novicio. Pero el cuerpo se adapta a los nuevos movimientos, la clave está en mantener una actitud mental correcta, practicar y esperar. Y por sobre todas las cosas, no dejarse dominar por la frustración cuando algo no nos sale de buenas a primeras, recuerda que estás aprendiendo, y que todo lleva un proceso. No hay recetas mágicas ni caminos cortos que nos conduzcan a ser un terapeuta estrella, solo la práctica, la paciencia y la constancia harán de ti un maestro.
En síntesis, lo mejor que puedes hacer si estás pensando en adentrarte en el mundo de las terapias naturales de la mano del masaje tailandés es advertir que es un tipo de trabajo diferente, por lo tanto te llevará a una concepción de masaje que puede contrastar con tus ideas preconcebidas, por lo tanto, ábrete. También trata de desembarazarte de los automatismos que adquiriste con otras técnicas, y por sobre todo, date tiempo para asimilar la técnica, disfruta, juega, y cuando te quieras dar cuenta serás como una perla que resaltará en el vasto mar de terapeutas.
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