Si estás pensando en comenzar a ganar dinero con el masaje tailandés, para así recuperar y rentabilizar todo lo invertido en tu formación de masajista, esto te va a interesar. En el siguiente artículo te daré algunos consejos simples para conseguir tus primeros clientes.
Cada escuela de masaje resulta más o menos versada en enseñar la técnica, lo que no te enseñan es cómo empezar a mover la energía de manera que puedas recuperar el dinero invertido en tu educación, y además comenzar a perfilar un ingreso decente.
Mi caso fue bastante particular. Como mencioné anteriormente en el artículo “Cómo me inicié en el masaje tailandés”, mi entrada al mundo del masaje thai fue por amor, y por hobby. Ahora, la forma en la que comencé a ganar dinero fue también bastante curiosa.
Por aquella época me ganaba la vida trabajando en una oficina del Estado, así es, era empleado público. Como en cualquier trabajo normal, tenía colegas y amigos, cuando éstos se enteraron de que me había metido en mis primeros cursos de masaje, comenzaron a solicitar mis servicios, ¡y eso antes de terminar mi formación! Esto nos lleva a nuestro primer consejo:
Consejo: Aprovecha tu ambiente para promocionarte como masajista
Lo mejor que te puede pasar cuando empiezas a trabajar como masajista es tener como clientes gente de confianza y allegados. Eso te dará más seguridad, además de una fantástica práctica profesional.
La cuestión es muy fácil, todo lo que tienes que hacer es hablar de lo que estás haciendo en el o los ambientes donde te muevas. Sea si trabajas en una oficina, como profesor/a, o incluso como comerciante, te aseguro que encontrarás gente interesada.
Si no estás trabajando actualmente, puedes ofrecerles un masaje gratis o un interesante descuento a tus amigos y familiares. Tal vez estés asistiendo a clases o entrenando en algún club, todo sirve a la hora de promocionarnos. Ni siquiera tienes que pensar en vender tu servicio, basta con comentar que has terminado o estás terminando un curso de masaje. Transmite tu pasión, siente el disfrute al explicar lo que sucede cuando haces el masaje, y verás que te prestan atención y querrán que seas tú quien los ayude con su estrés, dolores de espalda, etc.
Durante este período tienes dos opciones, puedes trabajar a domicilio (existen unos futones transportables bastante versátiles para eso), o bien montar un gabinete en tu propia casa.
Existen ventajas y desventajas en ambos casos. El ofrecer masaje a domicilio puede que te dé la posibilidad de cobrar un poco más, pero el desgaste de tiempo y energía es muy grande. Así comencé yo, y la verdad, me cansaba más el viaje que el trabajo en sí. Puede ser una actividad muy desgastante, especialmente si tienes una actividad paralela. Así y todo puede ser una opción válida y útil cuando das tus primeros pasos.
Montar tu gabinete en tu casa puede quitarle profesionalidad a tu trabajo, a menos que cuentes con una habitación separada del resto de la casa que te sirva de estudio. Además, si eres de los que cuidan la energía del hogar, tal vez el traer gente de todo tipo altere un poco esa energía que cuidas para tu vivienda.
Por otro lado, puede resultar una opción muy práctica si lo haces con buen gusto y cuidado. Primero, no tendrías que pagar alquiler de gabinete, y segundo, no tendrías que trasladarte, el ahorro de tiempo, dinero y energía salta a la vista.
Como valor agregado, si pones empeño y das lo mejor de ti, eventualmente ellos hablarán de lo que haces y te recomendarán a otras personas, y así se producirá una “onda expansiva”. Entonces es el momento de ampliar el círculo. En el próximo artículo te contaré cómo, conseguir más clientes, y así tener más ingresos que te permitan vivir decentemente con tu arte.