El mundo del masaje tailandés es rico y diverso amigos! Me encanta la vieja escuela y la nueva. Y dentro de la nueva dimensión del masaje thai he encontrado recientemente la escuela de David Lutt llamada Osteothai. En este artículo te cuento lo que descubrí.
Este fin de semana tuve la oportunidad de ir a la Barcelona Yoga Conference. Ha sido una propuesta verdaderamente interesante para todos los que nos inmiscuimos en el mundillo del yoga y el masaje thai.
Una de las actividades que había decidido no perderme por nada del mundo era este taller básico de Osteothai, con su creador el francés David Lutt.
Este taller duró aproximadamente unas cuatro horas repartidas entre teoría, meditación, demo, práctica y hasta canto de mantras.
Me habían hablado especialmente bien de este hombre de mediana edad y aspecto apacible. Pero como suelo hacer en cada formación que tomo, puse mi esfuerzo en “desprogramarme” para no tener expectativas ni prejuicios.
La rutina
Después de la introducción y la meditación, por fin llegó el momento de ver la técnica en acción. Me gustó mucho el comienzo, con una técnica para conectar las líneas centrales Itha y Pinkgala, seguido de una serie de balanceos o “rocking”.
Trabajamos parrilla costal y miembros superiores, para terminar en una especie de “terapia craneosacral” pero en el tórax. La idea era efectuar una visualización (había que mantener los ojos cerrados) al tiempo que se hacía un balanceo muy sutil en las costillas.
El contacto final fue con el antebrazo y mano uniendo el abdomen y el pecho.
Debo confesar que no me emocionó demasiado ver que eso era todo. Soy un apasionado del yoga pasivo y la digitopuntura, y lo que acababa de ver distaba eones de lo que yo estaba acostumbrado a hacer.
La práctica
En fin, “vamos a darle una oportunidad”- pensé. Fui siguiendo las indicaciones de David y las amables correcciones de sus asistentes. Al terminar, tenía la impresión de que algunas posturas simplemente no me resultaban cómodas y no le veía mucho sentido.
Sin embargo, mi modelo logró alcanzar un profundo estado de relajación y manifestó cierta “movilización” a nivel interno que apreciaba como bastante positiva.
Muy bien, ahora me tocaba a mí. Debo decir que no sentí nada interesante al recibir, aunque esto se puede explicar de muchas maneras. Para empezar, yo quería que me estiraran! (Así es, mi “chip” no logró desprogramarse por completo…). Segundo, mi terapeuta era practicante, no profesional. Tercero, puede que no estuviera en un estado de mucha sensibilidad en ese momento.
La conclusión
Y así fue que al terminar el taller, al preguntarme si me había gustado, sinceramente tuve que decir que no. Por otra parte, me quedé con esta idea de que “probablemente la técnica era buena y no la había sabido apreciar”.
Por esta razón decidí ponerla en práctica y sopesar los resultados a partir de la experiencia. Esto es lo que hice: desarrollé mi rutina con el estilo de estiramientos y digitopresión como hago habitualmente, solo que además agregué algunos balanceos y especialmente este movimiento sutil en el torso.
Y esto fue lo que ocurrió: mis clientes se quedaron notablemente relajados, al punto que tuvieron que pasar más tiempo recostados. Todos manifestaron una relajación fuera de lo acostumbrado, cosa que era claramente observable en sus rostros.
La enseñanza que rescato de todo esto es que tenemos que mantenernos en formación constante y nunca perder la capacidad de asombro. Hay que abrirse a los nuevos conocimientos y practicar, siempre practicar.
Hay momentos donde el ego nos juega una mala pasada, a quién no? Por suerte, esta vez gané yo. Además de saber que en algún momento, seguramente, me voveré a encontrar con David Lutt para una formación más profunda.
Muy bien, espero que te haya gustado este reporte sobre mi experiencia con el osteothai. Si tienes preguntas las puedes dejar más abajo en el área de comentarios. Si te ha gustado el artículo, nos ayudarías mucho con un “me gusta”. Gracias!