Con frecuencia, tanto clientes como futuros alumnos me preguntan sobre qué es o de qué se trata exactamente el masaje tailandés. En las líneas que siguen me propongo detallar algunas características de este arte pero sobre todo, romper con varios de sus mitos y falsas concepciones.
El masaje tailandés es:
• Una técnica ancestral de sanación que aún hoy, después de más de 2500 años sigue formando parte de los 4 pilares fundamentales de la Medicina Tradicional Tailandesa.
• Un arte sagrado, desde su significado etimológico hasta su praxis. El masaje tailandés en idioma thai se denomina nuad boran, que puede traducirse como “toque sagrado». Al comenzar y finalizar la sesión es común observar al terapeuta con las manos en posición de oración y efectuar una reverencia, como forma de saludo y para propiciar bendiciones.
• Una gimnasia pasiva. El masaje tailandés también es llamado “yoga para perezosos”. Esto es así porque en su ejecución se realizan manipulaciones que llevan al cuerpo del cliente a posturas de yoga, con la particularidad de que el cliente no necesita moverse, toda la acción es realizada por el terapeuta.
• Una práctica que, de realizarse correctamente, puede convertirse en una meditación en movimiento. Esto se debe a que cuando se conjugan la respiración, la concentración, y los movimientos rítmicos, tanto el practicante como el receptor entran en un estado de conciencia especial de paz y armonía.
Ahora bien, el masaje tailandés NO es
• Un masaje que hacen las mujeres con sus pies y sosteniéndose en barras. Si bien dentro del vademécum de la medicina thai existe una técnica que se trabaja de esa forma; primero: su ejercicio no está supeditado a las mujeres, y segundo: la técnica no está configurada dentro de lo que comúnmente se conoce como “masaje tradicional” en Tailandia.
• Un masaje necesariamente fuerte. Muchas personas piensan que el masaje tailandés es un masaje fuerte por definición, y sin embargo esto no es así. Esta idea surge muchas veces por malas experiencias con terapeutas inexpertos o con poca formación. Además, para los que hayan viajado, puede que no se hayan percatado de que a los nativos no solo les encanta el masaje fuerte, sino que están totalmente acostumbrados a sentir dolor durante el tratamiento. Presión que al cuerpo del occidental promedio le resulta usualmente excesivo e incómodo. Lo cierto es que el masaje tailandés puede efectuarse tanto de manera fuerte como suave y delicada. En todo caso, queda en manos del masajista el adaptarse y ajustarse tanto a las necesidades como a las preferencias del cliente.
• Por último, el masaje tailandés NO es un masaje sexual. La actividad de los prostíbulos y su famoso “final feliz” nada tienen que ver con la ancestral y sagrada práctica de sanación. Esta asociación se debe primordialmente al auge del turismo sexual en Tailandia, lo que ha dado como resultado un injusto desprestigio de la técnica y de sus practicantes.
En definitiva, el masaje tailandés constituye una verdadera herramienta para devolver la salud y la vitalidad. Una técnica que, desde sus inicios y hasta la actualidad ayuda a muchas personas a recuperar y mantener una óptima calidad de vida. Puedes someterte a un experto por puro placer o por cuestiones de salud, por su exotismo como por su versatilidad. O mejor aún, puedes tú mismo convertirte en un especialista.
Espero que te haya dado luz sobre esta maravillosa técnica. Si quieres saber más, te recomiendo que te suscribas a mi newsletter para recibir vídeos, artículos e invitación a mis actividades presenciales y online.